Cuestión de calidad: True Aesthetic Painting apuesta por alto nivel en el competitivo mercado de Atlanta

“La primera vez que entré a una tienda de Sherwin-Williams tenía cinco años y mi papá me llevaba a comprar el papel decorativo que colocaba en las casas”, recuerda Isidro Javier Dominguez, nacido en Houston, TX, de padres mexicanos, quien comenzó a pintar a los 15 años de edad y para quien la pintura formaba parte del ambiente donde creció.

En septiembre del año pasado, y tras una larga experiencia con distintas compañías contratistas, decidió fundar True Asthetic Painting, junto a su amigo Jovanny Vargas y su hermano Guillermo Dominguez. En poco tiempo, la firma de Atlanta, Georgia, se ha forjado un nombre entre las constructoras de casas hechas a pedido en el norte y centro de Atlanta, destacando por su dedicación al detalle y su apego a los peculiares requerimientos de decoradores y expertos en diseño.

Como muchos inmigrantes mexicanos, su socio Jovanny Vargas trabajó en restaurantes a poco de salir de la secundaria. Luego se dedicaría a la jardinería, donde destacaría dirigiendo el personal y encargando las asignaciones diarias.

“Ya desde entonces yo veía que teníamos la misma mentalidad de servicio al cliente. Jovanny manejaba grupos y se esforzaba en dar lo mejor en el trabajo para sus clientes”, dice Domínguez.

Su hermano Guillermo, el tercer socio de la empresa, se dedicó primero a la industria de los hoteles y a la fotografía, la cual sigue practicando para beneficio de las páginas de medios sociales y el sitio web de True Aesthetic, y cuyo excelente trabajo se muestra en estas páginas de Pintor Pro.

“Lo que nos une a los tres es la dedicación al cliente”, señala Domínguez.

La oficina de True Aesthetic Painting está situada al norte de Atlanta, en medio de la moderna y concurrida zona comercial que rodea el estadio de béisbol de los Atlanta Braves. Isidro Javier Dominguez nos explica que eligieron esa ubicación para atraer la disputada clientela comercial en el área.

¿En qué trabajos se especializan?

Hacemos un 85% residencial, casas nuevas y repinte. Y un 15% de trabajo comercial. Trabajamos con varias constructoras grandes, compañías reconocidas que nos encargan casas que son verdaderas obras de arte, tanto nuevas como repintes. Tenemos clientes de alto nivel y nuestra especialidad son los acabados, acentos y detalles de calidad, ese es nuestro fuerte. Sin que nos lo hayamos propuesto, nos buscan por nuestra atención al detalle. Y como hacemos muchas casas nuevas, las constructoras son nuestros mayores clientes. Por eso nuestro trabajo representa también a la compañía que nos contrata y nos esforzamos en dar el mejor trabajo para dejar bien a la constructora.

¿Tienen varios equipos de trabajo?

Ahora tenemos siete equipos trabajando todos los días en distintos proyectos, y cada mes podemos tener hasta 15 diferentes proyectos. Las casas que pintamos no pueden terminarse en una semana. A veces una de esas casas es un proyecto de cinco a seis meses que debemos pintar por etapas. Por ejemplo, puede ser que este mes se pinte por fuera y el otro mes se pinte por dentro. Al siguiente mes hacemos el acabado por dentro, y volvemos un mes después para los retoques.

Son propiedades que van desde 4 hasta 12 mil pies cuadrados. Estamos hablando de mansiones.

¿Cómo ayuda Sherwin-Williams al éxito de True Aesthetic?

De muchísimas maneras. Para comenzar, hay una tienda a menos de 10 minutos de cada proyecto, y yo conozco a mi vendedor desde hace 15 años. Además, el nivel de servicio al cliente en las tiendas es inigualable, lo mismo que sus recomendaciones
y conocimiento de los productos. Y en cuanto a los productos, les tengo total confianza. Los mejores productos marcan una gran diferencia. Pero la verdad es que Sherwin-Williams tiene productos para todo tipo de situación y eso nos ayuda mucho.

Si tenemos una orden grande la pedimos una semana antes, coordinando con los gerentes para ver si tienen los productos y luego hacemos los pedidos por email. A veces usamos la aplicación de Sherwin-Williams que es muy práctica. También tenemos una cuenta de crédito que nos ayuda a tener claros los récords, los recibos. La gente de Sherwin-Williams siempre nos hace la vida más fácil, y si tenemos necesidades más grandes nos extienden el crédito y a fin de mes lo saldamos. Como dice el dicho “cuentas claras, amistades largas”.

¿Qué consejo le daría a alguien joven que quiere ingresar a la pintura?

Lo mismo que para cualquier trabajo. Tienes que querer y amar lo que estás haciendo. Si entras solo por el dinero no te va a ir bien. Estamos en un gran país donde puedes hacer todo lo que quieras y, si eres bueno y sabes cómo llamar la atención, te va a ir bien.

¿Les preocupa la competencia de contratistas muy pequeños que cobran poco?

No todos los clientes van a ser para nosotros ni nosotros vamos a ser para todos los clientes. Hay trabajo para todos. El tipo de clientes que nos contrata sabe por lo que está pagando. Lo nuestro es el servicio al cliente, el respeto a su tiempo, a su propiedad, que es donde muchos pintores fallan. Desde lo más simple como estacionarse en su entrada al garaje y quebrar el concreto, maltratar la hierba, dejar manchas de aceite. Tratamos de ser muy cuidadosos, de tratar su propiedad como si fuera nuestra casa, y darle el mismo servicio sin importar el precio del trabajo.

¿Tienen alguna estrategia de retención?

Solo ofrecer un buen lugar donde trabajar. Y pagar bien, pagar justo. Pagando lo justo todos ganamos. Una de nuestras metas es siempre estar buscando trabajo, aunque estemos trabajando a toda capacidad. Estamos siempre buscando más contratos, nuevos clientes, para poder tener trabajo seguro y tener nuestra gente ocupada. Si no la gente se va. Y también buscamos trabajos que paguen bien para que todos podamos ganar.


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