Esto aprendí: Luis Inclan al dar un salto de fe en el negocio de la pintura

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Luis Inclan es el propietario de Inclan Painting and Waterproofing. Fundada en 1981 en Elizabeth, New Jersey, con el nombre de Inclan Color, la compañía se mudó al sur de la Florida en 1995.

¿Cómo ingresó en el negocio de la pintura?

Soy un empresario y he tenido muchos negocios, desde restaurantes de alta categoría a servicios de limpieza especializados. Cuando entré en contacto con la industria de la pintura me di cuenta de su tremendo potencial y del espacio que tiene para crecer. Me encanta la creatividad y el arte que conlleva, ya sea que diseñemos un mural a pedido o que simplemente le demos nueva vida a un edificio con un aspecto fresco. Tengo la bendición de haber creado una corporación que no sólo prospera en un servicio a base de la demanda del cliente, sino que brinda empleo a muchos miembros de nuestra comunidad, además de darme la oportunidad de retribuir y hacer trabajo filantrópico como dueño de empresa de éxito.

La mejor decisión para hacer crecer mi compañía y ser más exitoso fue…

Tener la fe como para lanzarme a hacer trabajo comercial tanto como del gobierno, que como todos sabemos es todo un reto en lo que se refiere a demanda de horas-hombre y financiamiento. Durante este tiempo, Sherwin-Williams se ofreció a darme un generoso límite de crédito para ayudarme con este desafío. Gracias a ellos, mi compañía ha multiplicado sus ganancias.

Una vez recibida esa línea de crédito, uno de mis mayores logros fue poder alcanzar certificaciones del condado de Miami-Dade en varias categorías, incluyendo la de desarrollo de pequeñas empresas, de propiedad de minorías y pequeña empresa certificada. Estas certificaciones nos permiten entrar en licitaciones de trabajos del gobierno que son parte importantísima de nuestro negocio.

¿Cuál es el mayor desafío de dirigir su propia empresa de pintura?

Tengo más de 30 años en los negocios y diría que el mayor reto es el tiempo. A todos nos pasa que, a veces, parece que no hay suficientes horas en un día. Gracias a Dios tengo un excelente equipo para distribuir todo el trabajo. Empecé siendo yo y cinco jornaleros que hacían únicamente trabajo de pintura, ahora tengo más de 200 empleados haciendo trabajo de oficina, administrativo, especialistas en obras, inspectores, estimadores y otros miembros disponibles en temporadas de mucho trabajo.

Lo más gratificante de dirigir mi propio negocio es…

Tener la oportunidad de retribuir a los demás. Soy un hombre de fe y la fe es lo único que me sostuvo para dar el salto y empezar esto. La fe me permitió soportar los problemas y los retos de esta ocupación, y la fe me preparó para la prosperidad con la que he sido tan bendecido. De igual modo, me siento lo bastante privilegiado como para tener la oportunidad de ayudar a mi comunidad, mi iglesia y mi familia tanto como me sea posible.

Si los lectores pudieran sacar algo de este artículo eso sería…

Me gustaría que recuerden que la industria de la pintura nos afecta a todos. Pintar es un arte. Pintar es una fuente de ingreso y ganancias. Pintar es lo último que toca una superficie, pero es siempre la primera impresión que uno recibe. Pintar puede dejar un recuerdo, cubrir una cicatriz o ser un borrón y cuenta nueva. Pintar puede ser una forma de expresión y de libertad o crear uniformidad y orden. Pero más importante, la pintura nos afecta a todos porque ya seas pintor, cliente, abastecedor, practicante, observador, estudiante o conferencista, tienes claro que la pintura es parte de tu vida diaria


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