Para muchos, la familia y los negocios no son una buena combinación. Pero ese no es el caso de BLS Painting, una firma contratista de pintura que se ha convertido en una de las más renombradas de Texas gracias a la dupla padre-hijo compuesta por Benito y Erick Luna.
Basada en Austin, TX, BLS Painting tiene un impresionante récord, habiendo pintado decenas de las residencias más bellas del estado. La firma superó el millón de dólares en ventas en el 2006 y actualmente pinta un promedio de 50 a 60 mansiones al año.
“No ha sido fácil llegar a este punto”, sostiene Erick Luna. “Estas casas requieren mucho trabajo, muchas horas dedicadas a detalles y la intervención de muchos decoradores y arquitectos. Pero tratando siempre bien a los clientes, ellos siempre regresan”.
Dada la magnitud de estas propiedades, muchas veces el contratista debe tratar con administradores y no directamente con los propietarios, nos dice. Al mencionarle la variedad de estilos arquitectónicos de estas propiedades, Erick dice que ha notado un cambio reciente. “El estilo que predomina en Texas es muy tradicional, muy mediterráneo digamos, pero desde hace unos 10 años empezaron a hacerse casas muy modernas, no tan convencionales. No es la mayoría, pero ya se ve un cambio”.
Sangre joven
El fundador de la compañía Benito Luna llegó a Texas proveniente de la Ciudad de México a fines de los ochenta, y la pintura fue su primer trabajo. Después de años como empleado, en el 95 se atrevió a dar el salto y fundó su propia compañía con una cuadrilla de cuatro trabajadores. Cuando su hijo mayor Erick acabó la secundaria quiso involucrarse en el negocio familiar, primero ayudando en lo administrativo y luego, cuando el negocio se puso lento en el invierno, visitando constructoras para ofrecer sus servicios.
“Apenas si me escuchaban, pero las cosas cambiaban cuando mencionaba a mi padre, que ya era conocido porque tenía años en la industria”, relata Erick.
Decidido a impulsar el negocio, Erick estudió administración y se dedicó a las ventas y el marketing “dando la cara de la compañía”. Concentrando sus esfuerzos en el exclusivo mercado residencial de alto nivel en Texas central, incluyendo Austin, West Lake Hills, Lakeway, Horseshoe Bay, Spicewood y otras comunidades, el éxito no se hizo esperar. Actualmente, BLS Painting tiene una planilla de 26 personas y da empleo a una variedad de subcontratistas según las necesidades del momento.
“Somos muy afortunados con la cantidad de trabajo que tenemos”, dice Erick. “Todo el año tratamos de mantener 14 grupos trabajando cada día en 14 residencias distintas”.
Como con tantos negocios, la pandemia ha tenido un impacto en BLS Painting.
“El COVID-19 nos afectó fuerte al comienzo, pero después se compuso hasta un 70%”, dice Benito Luna. “Sigue habiendo trabajo, especialmente cuando la gente busca trabajo de calidad”.
Benito supervisa la calidad y el avance de los trabajos, y discute las necesidades de cada sitio de trabajo con Erick, quien además de dedicarse a las ventas trata directamente con clientes, contratistas, decoradores y arquitectos sobre cada detalle, desde presupuestos y colores, hasta suministros y horarios.
La compañía ha establecido una escala de avance de cuatro niveles para sus empleados:
- El Maestro Pintor es quien tiene más experiencia en pinturas, tintes (stains), aplicaciones y técnicas, lleva un mínimo de dos años con la compañía y dirige una cuadrilla.
- El Pintor Técnico conoce mucho de pinturas, tintes (stains), aplicaciones y técnicas, y está aprendiendo a dirigir a sus compañeros.
- El Pintor Aprendiz tiene conocimientos básicos y sigue aprendiendo a pintar y aplicar todo tipo de pintura.
- El Ayudante ayuda a cargar y descargar materiales, lijar, limpiar, montar y organizar el transporte en las camionetas.
Erick resalta la importancia de cada uno de sus pintores para el éxito de la compañía.
“Necesitamos confiar en la capacidad de cada uno de ellos”, sostiene. “Mi papá y yo tratamos de que los muchachos se valgan por sí mismos. En inglés se le dice empowerment y eso es lo que tratamos de hacer con cada uno de ellos, empoderarlos. Desde un principio nos dimos cuenta de que, si queríamos crecer, no podíamos estar pendientes de cada detalle nosotros mismos, y que nuestros pintores debían ser independientes y responsables”.
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