La vida del pintor: En las grandes ligas con Javier Torres

Aunque la pandemia se trajo abajo muchos negocios, no faltan las historias de éxito de pequeños contratistas de pintura que, contra todo pronóstico, salieron adelante. Una de las historias más inspiradoras es la de Javier Torres, propietario de Major League Painting, una pequeña y dinámica compañía de Palo Alto, California, que fundó en medio del COVID-19 en el 2020.

“Mi primer trabajo como empresa fue pintar unos ocho apartamentos vacíos, pero cuando empecé había tantas restricciones por el virus que finalmente decidí hacer todo el trabajo yo solo, a fin de no molestar a nadie.” Pero la pandemia, sostiene, fue paradójicamente beneficiosa para muchos pintores. “Como la gente se pasaba mucho tiempo en sus casas se fijaban en todos los detalles y querían algo mejor”.

En esos días también aprendió lo importante de la dedicación al detalle y de una actitud profesional en todos los aspectos. “Poco después empecé a trabajar con una decoradora. Me gusta mucho trabajar con ella porque usualmente ella me trae proyectos de alto nivel, con muchos detalles personalizados”, cuenta. “Y a ella le gusta mi forma de trabajar. Yo tengo la idea de que, cuando llego a un lugar a trabajar, yo debo dejar todo más limpio de cuando llegué. Y esa actitud le encantó y me ha llevado a trabajar a buenos proyectos que, en general, han generado una buena porción de los ingresos de mi compañía”.

Un cambio para bien

La vida de Javier Torres es una historia de éxito sobre la superación de la adversidad. Aunque nació en El Salvador y llegó muy jovencito a los Estados Unidos, dejo la escuela porque quedó atrapado en las malas influencias de su vecindario, las pandillas y la vida callejera. Decidido a hacer un cambio definitivo en su vida, estudió para su GED y empezó a trabajar en jardinería.

Un día, frustrado porque su jefe no quiso pagarle lo que le debía, aceptó la oferta de un amigo que lo convenció de cambiar de rubro y probar con la pintura. Corría ya el año 2010. “Tuve suerte pues empecé a trabajar en compañías que se dedicaban a casas custom o personalizadas y así aprendí lo más fino de la pintura, y tuve la dicha de que me enseñaron bien los muchachos que eran mis compañeros. Descubrí que ese trabajo me encantaba. Luego trabajé en pintura comercial, pero ya estaba casado y a mi esposa no le gustaba que me ausentara para trabajar en otros estados como Washington, Colorado, Alaska. ¡Y como donde manda capitán no manda marinero!”, dice riéndose.

Convertido ya en jefe de cuadrilla, era el momento de seguir tras el sueño de tener su propia compañía. En enero del 2020 aprobó el examen para obtener su licencia como pintor. proyectos comerciales y residenciales y espera llegar a los $500 mil a fin de año, dice Torres, aunque la experiencia le ha enseñado a ser cauto. “Pero no se trata del dinero sino de la pasión que siento por la pintura. Me gusta hacer de todo porque cada proyecto es distinto, y uno tiene que usar diferentes técnicas y materiales para cada caso”.

Pero eso no significa que acepte cualquier tipo de trabajo, dice. “A mí me enorgullece lo que hago. Hace poco fui a cotizar un trabajo donde había pintura vieja de aceite. Para pintar sobre eso, los dueños no querían pagar por un buen trabajo. Solo querían una lijada rápida y que pinte así. Yo les dije, ‘si quieren que lo haga así, mejor llamen a otra persona. Aún si venden rápido la propiedad, se va a saber que Major League Painting hizo el trabajo, y será un desprestigio. Prefiero no hacer el trabajo a correr el riesgo de desprestigiar aquello por lo que he trabajado tanto”, afirma.

Ser pintor no es poca cosa, dice Javier Torres. “Claro que es un motivo de orgullo. Todo pintor debe estar orgulloso. Uno debe decir ‘Simón, yo soy pintor’. Y afirmar con certeza que uno es pintor porque sabe hacer las cosas y bien hechas”.

Pintando como un pro

En sus trabajos cotidianos, Javier Torres usa siempre la aplicación PRO+ de Sherwin-Williams para hacer sus pedidos. “Hago la orden hoy y mañana la recojo en la mañana”, sostiene.

Otra forma en que Sherwin-Williams le facilita la vida es a través de ColorSnap® Match, una herramienta y aplicación portátil que proporciona el color Sherwin-Williams más cercano.

El negocio hoy

Actualmente, Major League Painting cuenta con cinco trabajadores. En lo que va del año ya ha facturado $300 mil entre Es sumamente útil en sus trabajos comerciales.

“Usando ColorSnap, no tengo necesidad de sacar un pedazo de pared o de plancha de yeso para hacer el match y encontrar el color en la tienda”, sostiene.

Además de la facilidad de contar con tiendas cercanas a todas sus obras, los representantes de ventas de Sherwin- Williams acuden a su llamado siempre que los necesita.

“Hace poco estuve pintando unas 35 puertas en un sótano y siempre, después de aplicar el spray, la pintura se escurría. Cuando llegó el representante me explicó que ahí abajo se estaba encerrando toda la humedad y que eso no dejaba que se seque la pintura y por eso se escurría. Siguiendo su consejo, fui a rentar un deshumidificador y lo dejé encendido… ¡problema resuelto! Los representantes saben muchos trucos que uno ni se imagina. Por eso es importante tener la mente abierta a nuevas ideas, nuevas formas de hacer las cosas”, finaliza.


Este artículo se publicó originalmente en la edición de otoño de 2021 de la revista Pintor Pro. Historia de Jorge Arboleda, senior editor de Pintor Pro. Fotografía de Ebbe Roe. Lea más historias sobre contratistas de pintura exitosos en el archivo de Pintor Pro.