Enredado y sin salida:Una guía para evitar la tendencia a controlar demasiado y dejar atrás la microgestión

¿Es un jefe con tendencias a controlar demasiado y caer en la microgestión? Para aprender a soltar las amarras y dejar de ser un micromanager necesita reconocerse usted mismo y aplicarse en serio a mejorar. Este enfoque de siete pasos le ayudará a hacerlo.

Paso 1: Reconozca su patrón de comportamiento

Si sus empleados no toman la iniciativa y esperan a que usted delegue en todos los casos, es posible que haya creado una cultura de trabajo en la que no se sienten cómodos dando un paso sin que usted lo apruebe.

¿Otras señales? Si usted se la pasa rehaciendo el trabajo de otros, revisando y volviendo a revisar los proyectos e insistiendo en que le consulten cada decisión.

Paso 2: Piense en las consecuencias

Los microgestores o micromanagers asumen el control. A corto plazo, tienen el control del futuro. A largo plazo, sin embargo, muchos micromanagers se encuentran atrapados en sus funciones, impedidos de tomarse vacaciones, y están esencialmente atados al trabajo.

Pregúntese a sí mismo: ¿Dónde se ve a sí mismo en un año? ¿Y qué tal en tres? ¿Ha identificado a alguien que lo reemplace? ¿Está esa persona lista para sustituirlo? Si no es así, le queda mucho por hacer si piensa dedicarse a algo nuevo o tener una vida fuera del trabajo en algún momento.

Paso 3: Muéstreles lo que considera un trabajo de primera categoría

Los micromanagers reducirán su tendencia a intervenir si sus empleados realizan un excelente trabajo. ¿Qué significa exactamente un excelente trabajo? ¡Buena pregunta! Si antes no ha explicado lo que espera de ellos, a sus empleados se les hará muy difícil producir un trabajo estelar. Tómese el tiempo necesario para darles una explicación exhaustiva, y quizá se sorprenda de la capacidad de su equipo para ponerse a la altura.

Paso 4: Disciplínese a aceptar enfoques diferentes al suyo

Los viejos hábitos son difíciles de erradicar y el cambio requiere tiempo. Un pequeño ejercicio narrativo puede ayudarle mucho a encaminar su cerebro en la dirección correcta.

“Jim no es yo, y yo no soy Jim. Está bien que no trabajemos de la misma manera”.

Un mantra como éste puede funcionar como un delicado recordatorio y ayudar a los micromanagers a recalibrarse. Con el tiempo, estas nuevas frases mentales empezarán a sustituir a los viejos patrones de pensamiento.

Paso 5: Realice la prueba de las tres opciones de Ricitos de Oro

Usted no puede leer mentes, así que es importante que se sienta cómodo con la opinión de los demás. Adoptar un enfoque de opción múltiple al pedir opiniones suele ser la mejor manera de fomentar la franqueza.

Por ejemplo: “Me gustaría que me dijeras cómo te gusta trabajar. ¿Estoy demasiado involucrado, no estoy lo suficientemente involucrado o estoy en el punto correcto? Te lo pregunto porque cada persona funciona de forma diferente y para mí es importante que trabajemos bien juntos”.

Una advertencia: incluso usando el enfoque de Ricitos de Oro, si ha controlado demasiado a su equipo durante mucho tiempo, puede que se tomen su tiempo en darle respuestas sinceras.

Paso 6: No discuta

Cuando alguien le dé una opinión que no le guste o con la que no esté de acuerdo, no discuta. La percepción de su empleado es la realidad con la que debe lidiar. Así que, en lugar de discutir o retraerse y quedarse callado, haga preguntas.

Step 7: Paso 7: Busque formas de soltar las amarras y asumir nuevas tareas

Dejar atrás el estilo de vida de un micromanager es todo un proceso. Además de pedir opiniones, preste atención a los aspectos en los que invierte su tiempo cuando no debería hacerlo, y a los aspectos a los que podría dedicar tiempo y no lo hace. ¿Trabaja en iniciativas estratégicas o se la pasa enredado y sin salida en torno a minucias? ¿Desarrolla a las personas o acapara el trabajo? ¿Acapara poder o empodera a los demás? Las preguntas son muchas e importantes.

Conclusión: Libérese usted mismo y libere a sus trabajadores

Para resumir, cualquier actividad que requiera un cambio puede ser difícil e incluso, a veces, un poco aterrador. Para los micromanagers esto puede ser especialmente cierto.
Aun así, la mayoría de micromanagers ya rehabilitados le dirán que es mucho más productivo y gratificante trabajar en un lugar donde la gente tiene la libertad de hacer su mejor trabajo.

Si usted es un micromanager o cree que lo es, esta es la hora de hacer algo al respecto.


Este artículo fue escrito por Kate Zabriskie, presidenta de Business Training Works, Inc., una empresa de desarrollo de talento localizada en Maryland. Lea más historias sobre cómo hacer crecer su negocio de pintura en los archivos de la revista Pintor Pro.