Siga estos 4 pasos para convertise en un líder más inspirador

Los hábitos pueden convertirse en una trampa para las personas en puestos de liderazgo.

“Pasa con demasiada frecuencia que no se nos ocurren soluciones imaginativas porque nos dejamos gobernar por la rutina y por nociones preconcebidas”, dice el estratega del comportamiento Rob-Jan de Jong.

“Creemos saber de antemano lo que va a funcionar y lo que no, y nos apresuramos a descartar las ideas que suenen demasiado ‘raras’. Y aquellos bajo su mando terminan aprendiendo que ser creativo está mal visto, aunque esa no sea la lección que quería impartir”.

Aquí incluimos cuatro prácticas y conductas que, mediante repetición y perseverancia, pueden ayudar a los líderes a desarrollar una mentalidad abierta a ideas mejores y más imaginativas.

1. Formular preguntas poderosas

La generación de ideas comienza haciendo buenas preguntas. Las mejores invitan a la reflexión: desafían las suposiciones subyacentes e invitan a la creatividad, sostiene de Jong.

Las preguntas que empiezan con “por qué”, “qué” y “cómo” son mejores porque requieren respuestas más reflexivas que las que empiezan con “quién”, “cuándo”, “dónde” y “cuál”. Evite especialmente toda pregunta que pueda responderse con un “sí” o un “no”.

2. Amplíe su esfera de influencia

“Estamos fuertemente influenciados, para bien o para mal, por el pequeño grupo de personas con las que tenemos contacto directo”, afirma de Jong. Eso puede limitar su perspectiva. Su recomendación es hacer un esfuerzo deliberado para encontrar ideas y personas “profundamente diferentes de aquellas con las que usualmente se rodea”.

3. Rompa sus patrones

Usted puede aumentar sus posibilidades de ver las cosas de otra manera si rompe deliberadamente su patrón normal de trabajo, comunicación, pensamiento, reacción y respuesta, nos dice de Jong. Tome una ruta diferente para ir al trabajo. Cambie el lugar donde se sienta en las reuniones. Si normalmente es el primero en ofrecerse como voluntario, refrénese.

4. Aprenda a escuchar

A menudo, cuando la gente “escucha”, en realidad está esperando la primera oportunidad para compartir su historia, su opinión o su experiencia.

De Jong sugiere entrenarse para entablar tres conversaciones de pura escucha a la semana. No tienen que durar más de 15 o 20 minutos, y la otra persona no necesita saber lo que está haciendo. Prométase que no intentará hacerse cargo de la conversación por mucho que lo desee.

“Siga haciendo preguntas y no desestime nada de lo que diga la otra persona”, dice de Jong. Después de la conversación, reflexione sobre lo que ha aprendido. No descarte ninguna idea o punto de vista que no coincida con el suyo.

Un paso a la vez

“Algunas de estas prácticas pueden poner incómodas a las personas”, dice de Jong. “Pero si empieza a ponerlas en práctica, podrá convertirse en un líder más consciente y visionario, un paso a la vez”.


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