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Las personas rinden lo mejor de sí cuando saben que sus líderes se preocupan, que encuentran sentido en su trabajo y que tienen la oportunidad de aprender, crecer y progresar. Tienes que saber inspirarlos, empoderarlos y orientarlos. Aquí tienes cinco pasos que puedes seguir para inspirar a tu gente a dar lo mejor de sí.

1. Predica con el ejemplo

No hay nada más inspirador para los demás que el ejemplo que les das. Puede que des un discurso excelente e impactante o que obtengas un logro increíble, pero la mayoría de las veces es más importante lo que haces a diario. Lo que haces es aquello con que la gente puede contar.

En pocas palabras, sirve tú mismo como el modelo de comportamiento que esperas de los demás. “Haz lo que digo, no lo que hago” no funciona con los niños, y menos aún con quienes te ven en busca de liderazgo.

Haz una lista de las características, comportamientos, expectativas y rasgos más importantes que esperas de tu gente. Asegúrate de que tú mismo cumplas todos los requisitos de esa lista.

2. Demuéstrales que te importan

¿Te tomas el tiempo para mostrar un interés genuino por aquellos a quienes sirves? Esto significa comprender sus objetivos, intereses, desafíos y preocupaciones personales. Separa un tiempo en tu agenda no solo para hablar del trabajo, sino para comprenderlos mejor como seres humanos.

3. Expresa agradecimiento

¿Cómo te sentiste la última vez que alguien te agradeció por un trabajo bien hecho? En contrapartida, los estudios demuestran que la falta de agradecimiento, sea o no real, es una de las razones más comunes para desconectarse o abandonar un trabajo.

Incluso la más mínima expresión de gratitud puede mejorar el estado de ánimo, la mentalidad y el rendimiento de una persona. El reconocimiento y el aprecio públicos pueden inspirarnos a niveles inimaginables. Con demasiada frecuencia, los líderes pierden la oportunidad de compartir su gratitud simplemente porque hay demasiadas otras prioridades en un momento determinado. La gratitud debe ser una disciplina. Debes priorizarla e integrarla en tu práctica de liderazgo. Es increíble lo mucho que pueden inspirar unas pocas palabras de aliento y agradecimiento.

4. Comparte

Liderar es compartir. Un líder comparte. Casi todo lo que se habla sobre liderazgo se centra en lo que se está dispuesto a compartir y cómo hacerlo. Si se quiere llegar al corazón de las personas, hay algunos aspectos esenciales que debes compartir incondicionalmente.

  • Respeto
  • Confianza
  • Lealtad

Cuando digo “incondicionalmente”, me refiero a no esperar nada a cambio. Con demasiada frecuencia se oye que la gente dice: “Mostraré respeto cuando esa persona se lo merezca”. No. Tú eres un líder: tú vas primero.

No siempre obtendrás un “retorno directo de la inversión” haciendo esto. Pero a medida que compartir estas cosas se vuelve una disciplina, inspirarás a quienes se sientan empoderados por tus expresiones de respeto, confianza y lealtad. Y en los casos en los que no obtienes nada a cambio o algo peor, igualmente inspirarás a las personas con tu constancia, generosidad y valentía.

Otras dos cosas que inspiran a las personas son compartir poder y autoridad.

Ahora bien, es probable que no sea de forma incondicional. Necesitas saber gestionar cuánto poder y autoridad compartes, no para mantener tu preponderancia, sino para asegurarte de no predisponer a las personas al fracaso si aún no están listas para asumir más responsabilidades. El mero hecho de confiar más poder y autoridad a otras personas es increíblemente inspirador.

Haz una lista de lo que estás dispuesto a compartir y con quién. ¡Y luego, hazlo!

5. Dedícales tiempo

Todos sabemos que el bien más preciado que tenemos es el tiempo. Cualquier momento que estés dispuesto a dar a otra persona puede inspirar no solo a esa persona, sino a otras al ver tu disposición a compartir tu tiempo.

Asegúrate de actuar con sinceridad. No se trata de dar tiempo solo por el hecho de hacerlo. Usa este tiempo para implementar alguno o todos los pasos de esta lista. Es mejor tener un objetivo o una meta en mente, aunque no está mal de vez en cuando centrarse más en mostrar un interés personal o simplemente ver lo que pase en el momento.

Como decía, todo esto se puede dejar de lado con una agenda apretada. Para ti, debe ser una prioridad reunirte regularmente con aquellos a quienes sirves y dedicarles parte de tu tiempo.

Mucho tiempo atrás, Lao Tzu dijo: “El sabio no acumula sus tesoros. Cuanto más da a los demás, más tiene para sí mismo”.
Esta es una poderosa estrategia de liderazgo. Notarás que cada uno de estos pasos implica dar, compartir. Lo que compartes como líder, en última instancia, es compartir tu “yo”. Compartir tu verdadero ser con los demás es la esencia del liderazgo. Eso es lo que más inspirará a los demás a compartir con la misma moneda. Y como líder, tu objetivo es llegar al corazón de muchos, no solo de uno. Así es como unes a las personas para impulsar la causa del grupo.

Y esa es la labor más importante de un líder.

El autor de este artículo es Jim Bouchard, fundador del Sensei Leader Movement y presentador de Walking the Walk, un podcast que destaca a líderes sensibles y comprometidos de todo tipo de negocios, y de una diversidad de culturas y experiencias.